Editorial

Reforma de pensiones: ¿Beneficios de corto o largo plazo?

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La reforma de pensiones ha vuelto al centro de la discusión, producto de la formación de una nueva mesa técnico-política entre el Legislativo y el Gobierno, esta vez con la participación de la oposición.

En días anteriores el Gobierno había anunciado su disposición a que un tercio de los seis puntos adicionales de cotización se destinen a las cuentas de ahorro individual, y dos tercios al seguro social. No obstante, luego de que la PGU ampliara el componente de reparto intergeneracional en un monto equivalente a 3,5 puntos de cotización, adicionar otros cuatro puntos al componente solidario podría ser excesivo, ya que podría verse amenazada la sostenibilidad de las pensiones.

Los seis puntos adicionales de cotización se deben ahorrar en su totalidad. Eso no es incompatible con la solidaridad intrageneracional.

Es necesario que los seis puntos adicionales de cotización se ahorren en su totalidad, lo que no es incompatible con mecanismos de solidaridad intrageneracional. El país requiere aumentar los niveles de ahorro interno, tema que ha sido mencionado varias veces por el ministro de Hacienda, sobre todo luego de que en 2022 el ahorro privado alcanzara un nivel mínimo en décadas.

La reforma de pensiones no se hace cargo de ese problema, de hecho, lo agrava en el corto plazo. Esto, porque el aumento de la tasa de cotización sería gradual, sin embargo, el proyecto establece que los beneficios a los actuales jubilados, financiados con el componente colectivo, se empiezan a pagar de inmediato, utilizando recursos del fondo de reserva de pensiones.

Entonces, la lógica resultante a nivel macro estaría fuertemente sesgada hacia los beneficios presentes, lo que resulta contraproducente en el actual contexto macro de déficit de ahorro interno. Lo que debería ser una condición del acuerdo técnico es que el aumento gradual en la tasa de cotización fuera efectivamente ahorrado, y no, como propone el proyecto, un resultado de varios años de desahorro para seguir mejorando beneficios presentes.

Esto no sólo por razones macroeconómicas, sino también políticas. Los gobiernos futuros también podrían querer entregar beneficios con cargo a cotizaciones. La mínima prudencia apunta a que luego del importante esfuerzo hecho en materia de PGU, el país se concentre en elevar los niveles de ahorro, de inversión y de crecimiento, antes de seguir entregando beneficios en el corto plazo.

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